- 2 vasos de leche.
- Una cucharada sopera de Maicena.
- Un poco de cebolla.
- Una nuez de mantequilla.
- Una pizca de sal.
Fundimos en un cazo la mantequilla, añadimos la cebolla rallada, y la sofreimos hasta que esté doradita. Le añadimos la leche y una pizca de sal.
Cuando empiece a hervir le añadimos la maicena disuelta en un poco de agua sin parar de remover.
En unos segundos tenemos nuestra bechamel perfecta y sin grumos. Si no estuviese bastante espesa le podemos añadir un poco mas de maicena disuelta en agua. Y volver a hervir.
consejo:Remover continuamente para que no se pegue al cazo y no salgan los grumos.
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